martes, 18 de junio de 2013

Nunca más silenciadas

¿Cuántas veces te habrán gritado que no grites?

¿Cuántas veces te habrán dicho que guardes la compostura en la mesa?

¿Cuántas veces te habrán instado a que -ante todo- seas una "señorita"?

¿Cuántas veces disimulaste un estornudo o la tos?

¿Cuántas veces te aguantaste un pedo?

¿Cuántas veces te tragaste un eructo?

¿Cuántas un escupitajo?


¿Cuántas veces te habrán dicho que te calles la boca?

¿Cuántas veces te habrás tapado esa boca para no reirte libre a carcajadas?

¿Cuántas veces habrás susurrado lo que querías gritar a los cuatro vientos?

¿Cuántos orgasmos estruendosos te mordiste?

¿Cuántos platos no rompiste?

¿Cuántos llantos se te anudaron en la garganta?

¿Cuántos insultos no respondiste de ninguna forma?

¿Cuántos "No" no dijiste?

¿Cuántas opiniones no diste?

¿Cuántas verdades se te han quedado sepultadas en el silencio?





domingo, 2 de junio de 2013

Apuntes para entender la deconstrucción en Derrida

 [Me costó lo suyo entender a Derrida en su momento, así que habiendo recuperado estos apuntes pensé que quizás fueran útiles para alguna que pase por aquí. Tengo algunos de J.Butler también, los subiré más adelante... Dejo también al final de estos apuntes una pequeña conclusión explicando brevemente su aplicación a los feminismos y al día del orgullo gay . ¡saludos! :)]

 
J. Derrida y la Deconstrucción.


Jaques Derrida (1930-2004), filósofo francés nacido en Argelia, fue muy polémico, adorado y criticado a la vez desde distintas corrientes de la filosofía contemporánea.

Desde posiciones posmodernas, feministas y poscolonialistas, Derrida aparece como un colaborador activo de la crítica radical de la tradición filosófica occidental a la cual entendió como una metafísica opresora, que bajo los términos de "validez universal" y "progreso", y desde una visión claramente patriarcal y eurocentrista, cataloga al resto de culturas de "atrasadas" y excluye al otro/a, al diferente.

Se distanció, con ello, completamente de los clásicos: mientras que éstos trataron de construir un sistema filosófico de conocimiento de la realidad, Derrida fue en la dirección contraria; se puso como meta la deconstrucción de ese sistema, la metafísica, a la que definió como “mitología de la presencia”[1].


# Binarismo

Según Derrida la realidad se ha definido a través de oposiciones binarias, resumibles en dos elementos:
  • La presencia de un espacio delimitado o definido, identificado positivamente.  
  • La diferencia negativa o negatividad (ausencia), entendida como exterioridad y posterioridad.
Son distintas relaciones binarias, tales como la de lo bueno/lo malo, dominio/dependencia, dentro/fuera, apariencia/realidad, racionalidad/irracionalidad, masculino/femenino, las que conforman el sistema político, el metafísico y el ético, y, así también, el modo de actuar de los seres humanos.

# La presencia

La tradición filosófica occidental ha intentado una y otra vez localizar y estabilizar una presencia privilegiada como el lugar de la verdad y la validez, y convertirla en un centro fijo y permanente de difusión, de legitimidad moral, un fundamento en el que pudiera apoyarse el juicio moral de forma absoluta, definitiva y universal (esto es lo bueno y aquello es lo malo, y es válido en cualquier situación, tiempo, y lugar). El intento de mantener dicho fundamento responde a la convicción de que lo contrario a éste supondría el caos intelectual, moral y político.

A partir de la presencia es que se engendra un sistema binario: lo contrario a la presencia, será la ausencia, constituyéndose así por relaciones de oposición, de afirmación y negación.


#La Ausencia

La ausencia, en tanto que negación de la presencia, constituye la diferencia negativa del ser, de su presencia y de su identidad positiva (el contrario, lo distinto, lo que se opone).
Este positivo y negativo tienen su sentido ético que se traduce en bueno/malo, valioso/no valioso, superior/inferior, etc. La presencia se asocia al bien, y la ausencia, por consiguiente, al mal.


# La exclusión de la diferencia negativa

Con la preponderancia de la propia identidad, de lo positivo, se produce la exclusión de la diferencia negativa, de su alteridad, de su propio espacio de presencia.

La identidad propia del poderoso se autoconstituye en caso ejemplar de presencia, una presencia privilegiada que domina sobre su propia ausencia o no ser y sobre su negación y sus negadores hipotéticos. Es el mismo poder que se autoprivilegia con un valor de presencia,que se da a sí mismo la relevancia y la importancia, el que puede llevar a cabo la operación estructural básica del sistema binario: la exclusión.

Podríamos poner como ejemplo de presencias y ausencias las siguientes relaciones de opresión: negro/blanco, norte/sur, occidental/no-occidental, heterosexual/homosexual, hombre/mujer... todas estas presencias generan la exclusión de sus ausencias, y tienen toda una serie de consecuencias sociales, éticas y políticas.

La exclusión del Otro o de lo Otro en nombre de lo propio, la propiedad o la identidad propia adopta dos formas complementarias:
  • La exclusión física o material: genocidio, discriminación, maltrato, segregación, subordinación, etc.
  • La exclusión simbólica: exclusión del espacio de validez filosófica o metafilosófica, discriminando o excluyendo lo considerado no válido, incorrecto, malo, vicioso, inútil, incapaz, etc.
El climax llega con la exclusión de lo inhumano, basándose en la presencia de lo humano, en el espacio de lo "normativamente" humano o humanidad normativa. Aunque para ello haya que deshumanizar a quien haga falta.

Claramente esto es relacionable también con la exclusión de las mujeres en el ámbito público, o la falta reconocimiento de toda esa cantidad de personas que no se definen como heterosexuales y/o hombres o mujeres (intersexuales, pansexuales, queers).


# Deconstrucción

La deconstrucción tiene como objetivo de su misión el "fundamento" y el sistema binario que éste genera, así como las consecuencias éticas y políticas que implica dicho sistema. Si hurgamos lo suficiente daremos con él, y acabando con él, acabos con todo lo que genera[2].

En la deconstrucción de las categorías metafísicas, Derrida critica en su raíz la existencia de un poder moral y político último y único, que legitima la violencia. 

Y es que, la exclusión resulta imposible sin violencia. Una violencia simbólica que se repite en el espacio lingüístico, en el espacio político, al mismo tiempo que legitima o justifica la situación de privilegio de la presencia desde los discursos literarios, mediáticos, e incluso interpersonales a diario. Esta violencia se da contra el otro, contra la excluida, contra la que es entendida como diferente.

# Procedimientos deconstructivos

El universo de la significación filosófica o metafísica puede ser imaginado como una vasta construcción en la que destacan tres elementos:

1) La arquitectura estructural, constituida por el sistema binario
2) La presencia pura y plena, el elemento originario que la constituye
3) La exclusión del Otro, de lo diferente, como efecto estructural del sistema.

Así, basta con la eliminación del elemento originario (la presencia), para deconstruir el sistema y conseguir con ello que dejara de producir exclusión. Derrida propone para ello poner constantemente en suspensión -en tela de juicio, en cuestión- aquello que damos por verdadero, por válido: "No es un simple momento: su posibilidad debe permanecer estructuralmente presente en el ejercicio de toda responsabilidad".


Conclusión personal: La rebelión de lxs excluidxs

Podríamos decir que Derrida propone la deconstrucción de los espacios privilegiados a través de identificar esa presencia privilegiada y sus privilegios. En el caso del binarimos hombre/mujer sobre el que se ha levantado la exclusión del espacio público y privado de las mujeres, la tarea de los feminismos y las feministas sería la identificación de dichos espacios y privilegios, para combatirlos, ocuparlos, transformarlos, hasta derribar la "presencia" privilegiada.

Se me ocurre pensar que cada vez que una mujer toma el espacio público predominantemente masculino (cantantes, actrices...) , cada vez que una rompe las normas estéticas impuestas por la "presencia" (peludas, gordas...) , o adopta roles nuevos y distintos (considerados exclusivos del rol dominante y opresor) y rompe con los roles propios (cuidadora,mujer del hogar...), en el fondo se encuentra dinamitando el binarismo que genera la exclusión, se encuentra rompiendo las fronteras entre el espacio privilegiado masculino y el espacio excluido, negado, femenino. 

Así, el combate también podemos asumirlo desde colectivos LGTBI que ocuparán dentro de poco tiempo las calles el Día del Orgullo Gay ¿no es la calle un espacio público que le ha negado a lxs excludixs? ¿no es acaso la vía pública el espacio privilegiado de la heterosexualidad como siempre lo fue del macho mientras que la mujer se quedaba en casa?

Lxs excluidxs se levantan contra la norma. La guerra simbólica está en marcha.


[1] Cuando hablamos de un "mito" hablamos de un término o narración que se utiliza para explicar la realidad 
[2] Un ejemplo de esto sería la "presencia" conocida como "heterosexualidad". La heterosexualidad es una "presencia" y todo lo contrario es "ausencia", con las connotaciones negativas que implica. Sobre la heterosexualidad se erigen toda una serie de normas vitales, comportamentales, sexuales, familiares, etc. Si rompiéramos con la presencia, romperíamos con todas estas cuestiones que -a su vez- derivan de ella.