miércoles, 11 de febrero de 2015

Fat is the new black

Resistiendo como gorda, como negra, como guerrillera, 
¿yo? ¡ballena!
Krudas Kubensi


Hace unos días alguien me llamó "exagerada" por hacer referencia a esta idea que desde ya expongo en el título: la gordofobia es una nueva forma de racismo.Y no es algo que piense desde hace poco, o algo que sólo lo piense yo; no, para nada. Es algo que vengo viendo, leyendo y reflexionando desde hace unos cuantos meses, después de leer a Assata Shakur (luchadora socialista y antirracista de las Panteras Negras) relatando en su autobiografía  cómo vivía las retricciones raciales en las tiendas, playas, cafeterías, educación y sanidad, en los Estados Unidos de los años cincuenta (por cierto, este libro me cambió la cabeza en lo que respecta a entender el racismo en EEUU y lo recomiendo mucho). 

Mientras leía iba pensando: salvando las distancias, mucha gente (tanto yo como otras personas que relatan sus vidas en Stop Gordofobia), hemos experimentado muchas de estas cosas, con más o menos explicitud según la ocasión, por ser gordas.

Veo cierta similitud corporal entre ser gorda y ser negra. Ser gorda es ser algo 24 horas al día, 7 días a la semana. Una cualidad física de la que no puedes huir, algo que no puedes disimular de ninguna forma (igualito que ser negra/o). Algo que encima tiene (al igual también que la "negritud") toda una serie de etiquetas adjuntas a la cualidad física: ni la gente negra, ni la gente gorda, podemos escaparnos al ojo humano ni a la opresión adyacente a nuestra cualidad, impuesta por ese ojo que nos mira y que piensa automáticamente que somos -por ejemplo- unas delincuentes en el primer caso, o unas vagas insalubres, en el segundo.

La gran diferencia, quizás, radique en que el racismo es más explícito que la gordofobia. La sutileza de la gordofobia implica que no haya un cartel en el que se pueda leer "se prohíbe la entrada a los gordos", pero los gordos estemos igualmente prohibidos.

¡Cuidado! No estoy diciendo que el racismo no exista o esté superado (soy una sudaca en territorio europeo, sé que no lo está), ni estoy comparando las discriminaciones con intención de establecer una jerarquía entre ellas (como dice mi amigo Carlos, esto no es un concurso de "Miss Oprimida"). Sólo me sirvo de los paralelismos que me ofrecen estas dos discriminaciones, para poder intentar explicar (desesperadamente) la discriminación gordofóbica que padecemos miles (o millones) de personas en silencio. 



- Experiencias gordofóbicas cotidianas: medicina, trabajo, tiendas... - 

Que yo recuerde, mi primer experiencia gordofóbica directa ocurrió en una tienda de ropa Stradivarius, hace ya muchos años. Entré para comprarle un regalo a mi hermana (que lleva una 38), y nada más entrar me paró una dependienta por un pasillo y me dijo "aquí no hay ropa para ti". Yo, acomplejada y nada empoderada, me di media vuelta y me fui a llorar a mi casa. Aún hoy elucubro en mis pensamientos las mil respuestas que podría haber dado, o fantasío con lo que diría en mis circunstancias actuales de empoderamiento gordo.

En cualquier caso me pregunto: de manera indirecta, ¿cuántas tiendas son las que me tienen prohibida la entrada? (y no me vale el "puedes entrar a mirar").

Hoy en día se leen titulares en los periódicos de Estados que inician "la cruzada contra la obesidad", "la guerra a la obesidad", "acabar con la epidemia", sin pensar -parece- que hacen referencia a mí, a mi cuerpo... como si yo misma fuera algo a extirpar de esta sociedad. ¿Alguien está pendiente de los estudios que, como los de Esther Vivas, denuncian que la obesidad está relacionada en la mayoría de los casos con las clases bajas y una falta de acceso a una alimentación saludable por motivos económicos que apuntan a que la gordura también es una consecuencia de la pobreza?

Si hay algo a extirpar en este mundo es la mala/desigual distribución de la riqueza.

En EEUU y en muchos otros países, las aseguradoras médicas establecen cláusulas en los contratos por las que no se comprometen a atender al paciente si su malestar/enfermedad está relacionado con la "obesidad". ¿Alguien está al tanto de la cantidad de malestares/enfermedades/consecuencias que se le achacan a la obesidad sin que esté científicamente demostrado que sea ésta la causa real? (por las dudas aclaro: estoy diciendo que prácticamente de TODO le echan la culpa a la obesidad, y que fácilmente puedes quedarte sin atención médica aunque la estuvieras pagando... mi médico me ha recetado adelgazar para curarme de una gripe, no digo más). ¿Alguien se ha planteado por qué, desde hace relativamente poco tiempo, se considera obesa a una persona con unos 10 kilos demás? Sin ir más lejos, a una miembro de mi familia con 10 kilos demás (exactos) se le fue impuesta dicha cláusula en el contrato del seguro médico, alegando que estaba "obesa". ¡Y todo esto si la aseguradora no te rechaza desde el principio, claro! Porque hay aseguradoras que ni siquiera te admiten en sus listas por ser gordo/a. Todo esto resulta preocupante en países donde las personas no tienen acceso a una atención médica pública/gratuita (que por cierto, cada vez son más). 

¿Te estás preguntando cuánto dinero se estarán llevando muchos médicos a costa de echarle la culpa de todo a la obesidad, y a costa de considerar a una persona "obesa" cada vez con menos kilos demás, de responsabilizar al sujeto de todo, y hacerle pagar las facturas siempre aparte? ¿Te estás preguntando cuántas personas, por no poder pagar, se están quedando sin atención médica? 

Yo sí.

La situación es, realmente, alarmante. Y todo pasa ante los ojos de todo el mundo, sin que nadie se extrañe o se queje... ¿Por qué? Porque se considera que la gente que está gorda, lo está porque quiere, que es su culpa (¡dios mío! ¡la maldita culpa siempre!). Hace poco me pasaron este artículo que desmonta el concepto de "fuerza de voluntad" científicamente, lo dejo aquí sólo para ir ya contraargumentando a aquellos que vengan a decirme que sí es culpa nuestra: http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com.es/2015/02/el-estigma-de-estar-gordo-ii-por-que.html?spref=tw

Por último, para terminar de perfilar este asunto, dejo constancia de las dificultades para conseguir trabajo siendo gordo o gorda (y todo esto, repito, basándome en historias cercanas, personales y en testimonios que vamos publicando en la página Stop Gordofobia, donde hablan de sus casos personales ya más de 20 mil personas). Es más que evidente que en esta sociedad de la imagen que vivimos (o padecemos) la apariencia es fundamental para prácticamente todos los puestos laborales. En este sentido, las gordas y gordos nos vemos sin posibilidad de acceso a numerosos trabajos, a pesar de estar cualificados/as para el empleo (hay ya casos de personas que les niegan puestos públicos por su sobrepeso, y hace poco fue puesta en cuestión la Ministra de Sanidad de Bélgica por ser gorda). 

Y por no aburrir, ni extenderme más en este punto de la gordofobia cotidiana, no explicaré ampliamente sino sólo nombraré numerosas invisibilidades diarias: no hay gente gorda en la televisión o en las películas (salvo haciendo el ridículo, o el papel de su propia identidad gorda), no hay gordos protagonistas de obras teatrales, no hay gordas en las revistas, ni en los periódicos, ni en la política; se nos perdona en la música si somos brillantes y nos comprometemos a adelgazar y cambiar nuestra imagen con el tiempo (Rosa, Adele, Susan Boyle...). Y bueno, ¡la última!: ahora resulta que algunas gordas se han colado en las pasarelas y la gente se escandaliza. 

Resumiendo, hay sitios a los que no podemos entrar, hay médicos que se niegan a atendernos, hay empresas que se niegan a admitirnos, y no se nos ve por ninguna parte: cumplimos la contradicción de ser corporalmente hipervisibles y mediática-cultural-laboral-políticamente invisibles. 



- La hipervisibilidad invisible, el nuevo racismo - 

Por lo expuesto hasta ahora afirmo que no tenemos representatividad real ni simbólica. No existimos. Y de las relaciones afectivo-sexuales ni hablo, porque me da para un libro entero. 

No existimos y vivimos en soledad. Y esta invisibilidad alimenta el hecho de que cuando nuestra hipervisibilidad se hace visible en algún sitio, seamos los seres extraños,  raros, señalables, excluíbles.

Por eso creo que esto es una nueva forma de racismo. La delgadez copa todos los sentidos, como siempre lo hizo la piel blanca, mientras eran invisibilizadas las personas negras, sus costumbres, sus vidas, y el maltrato, la violencia y la humillación a la que siempre fueron (y lamentablemente siguen siendo) sometidas.

El colmo de nuestra invisibilidad llega cuando al denunciar la discriminación gordofóbica que sufrimos, la gente se burla de nosotras, ridiculizan nuestros reclamos, se ríen de nuestras experiencias y denuncias.

Quizás no se visibilice ahora mismo las amplias consecuencias que tiene la gordofobia, porque recién se está empezando a teorizar e investigar sobre ella (al menos en el mundo de habla hispana), pero estoy segura que no será complicado encontrar relación entre experiencias de bullying gordofóbico y anorexia, bulimia, aislamientos, depresiones, ansiedades, fobias varias, y hasta el suicidio. Lo mismo que tampoco será difícil encontrar relación entre gordofobia y negligencias médicas varias, o información acerca de cómo la presión gordofóbica conlleva muchas veces la imposibilidad de adelgazar en quienes se lo proponen (los relatos que tenemos en Stop Gordofobia dan cuenta de todo esto).

Una vez alguien me dijo: "Una persona deja de ser racista cuando dice: <me follaría a un negro>", opino lo mismo de la gordofobia. Tú lector, tú lectora: ¿te acostarías con una gorda? ¿te follarías a un gordo? 

Sé sincero/a. 

Reconoce tu gordofobia. 


- Opresión gordofóbica y otras opresiones - 

Sé que mucha gente al leer esto pensará "cómo se atreve a comparar Sudáfrica, EEUU, siglos de tráfico de esclavos/as..." con la gente gorda, o como decía al principio, muchos me llamarán exagerada

Al respecto, decir tres cosas: 

1) Lo importante para acabar con las desigualdades es anticiparnos en el tiempo, es la prevención. La gordofobia no tiene el mismo bagaje histórico que el racismo, ni la misma cantidad de víctimas (jamás se me ocurriría afirmar algo así). Pero debemos ser capaces de identificar una opresión antes de ver el reguero de sus consecuencias... ¡anticiparse al enemigo!


2) La gordofobia es una opresión estructural en la medida que restringe la vida y las oportunidades de una gran cantidad de personas (e incluso las somete de forma violenta: son comunes los acosos escolares y callejeros), es omnipresente en las sociedades occidentales, es jerárquica (hay un grupo de personas que se benefician, tanto social como económicamente de ello) y excluye al grupo discriminado de los ámbitos en los que la realidad es definida (como los mass media, por ejemplo... más info aquí: http://ladobleefe.blogspot.com.es/2013/11/hablemos-del-privilegio-de-ser-delgads.html). 

3) La gordofobia, como opresión estructural no es una opresión aislada: se mezcla con otras opresiones como la de clase, de raza, orientación sexual, religión o habilidad (personas con diversidad funcional). Esto significa que artículos como este que enlazo a continuación, y que explica por qué es peor insultar a alguien por negro que por gordo, quedan absolutamente carentes de sentido y fuera de lugar: https://madredemarte.wordpress.com/2013/05/22/que-diferencia-hay-entre-insultar-a-un-nino-porque-es-negro-o-porque-es-gordo/.
Krudas Cubensi


El artículo de este último punto, que compara el racismo y la gordofobia jerarquizándolas, ha sido el que me ha llevado a escribir este post con intenciones de desjerarquización. Las opresiones son todas diferentes y entrecruzadas sin status de superioridad (aunque repito: aquí comparé dos para intentar visibilizar una que está invisible, que es la gordofobia).

Creo que debemos tener presente que la intersección de opresiones es la norma en un sistema opresor. No podemos luchar contra una opresión ejerciendo o invisibilizando otras, porque seguimos alimentando a ese mismo sistema opresor general. Pero yo me callo ya, porque no puedo explicarlo mejor que Paco Vidarte (hablando de la lucha LGTB unida a otras luchas): 

<< No basta con ser pobre, negro, bollera, parado, trans, proleta, sin techo para poder pasar del resto de la gente porque bastante tenemos con ser negros, pobres, maricas como para preocuparnos por los demás, aparte de que no se metan con nosotros. No basta con que te pisen el cuello por maricón o por negro para que tú encuentres justificado pisar por tu parte otros cuellos más débiles que el tuyo, o igualmente vulnerables, sólo que por otros motivos. No basta con ser trans o bollera para poder comportarte sin complejos como una auténtica hija de perra y pisar a otras trans, a otras bolleras, a otros emigrantes porque en algún aspecto de la vida te encuentras por encima de ellos. Que te pisen el cuello por maricón no es justificación para que, como maricón, le pises el cuello a la ecuatoriana que limpia tu casa.
 
Si algo así como una Etica LGTBQ es pensable y deseable, ha de partir del hecho de que la lucha contra la homofobia no puede darse aisladamente haciendo abstracción del resto de injusticias sociales y de discriminaciones, sino que la lucha contra la homofobia sólo es posible y realmente eficaz dentro de una constelación de luchas conjuntas solidarias en contra de cualquier forma de opresión, marginación, persecución y discriminación. Repito. No por caridad. No porque se nos exija ser más buena gente que nadie. No porque tengamos que ser Supermaricas. Sino porque la homofobia, como forma sistémica de opresión, forma un entramado muy tupido con el resto de formas de opresión, está imbricada con ellas, articulada con ellas de tal modo que, si tiras de un extremo, el nudo se aprieta por el otro, y si aflojas un cabo, tensas otro.
 
(...)  Esto hace que aquello por lo que hay que luchar no sea la derrota de la homofobia sin más y que los demás luchen cada uno por su cuenta contra lo que los oprime. El objetivo de toda lucha, por ejemplo, contra la homofobia, o contra el racismo, o contra la misoginia es la no discriminación de los oprimidos sistémicamente por cualquier causa. (...) Éstos, de suyo, forman parte todos delgran grupo de los excluidos sociales, frente a la clase poderosa que nunca o rara vez entra en estos jueguecitos de ponerse la zancadilla, sino que se divierte viendo cómo los desgraciados se putean entre ellos y, en vez de ser solidarios, prefieren descargar su rabia unos con otros, debilitándose, perdiendo toda posibilidad de cohesión como grupo de resistencia frente al verdadero poder opresor.

Si la opresión es sistémica, una Ética LGTBQ deberá cubrir todos los frentes. Contra la opresión sistémica, sólo cabe la solidaridad. Toda acción que sea meramente egoísta, insolidaria, refuerza el sistema de represión general. (...) la tentación de recurrir a la exclusión, a la discriminación, a la opresión para luchar contra la exclusión, la discriminación y la opresión es muy fuerte. Y de esa tentación se nutre el poder y el sistema de prejuicios, privilegios y valores que hacen existir la homofobia al lado de otras muchas formas de discriminación.>>

sábado, 7 de febrero de 2015

Máscaras

Hubo un interés económico detrás de la abolición de la esclavitud en EEUU.
Hubo un interés económico en la conquista de América Latina.
Hubo un interés económico en las guerras mundiales y en la creación de la ONU.
Hubo un interés económico en las dictaduras militares de los países del Sur.

Hay un interés económico detrás del genocidio de Gaza.
Hay un interés económico detrás de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental.
Hay interés económico detrás de la difusión del odio a lxs inmigrantes.
Hay interés económico detrás de la difusión del odio a lo islámico.

Y hay un interés económico detrás de la difusión del odio por nuestros cuerpos.
La gordofobia sirve al capitalismo. Amarte es revolucionario.


[Publicado en Hysteria]